Inicia en nuestra mente una serie de procesos que nos abstraen de la realidad de la que estamos viviendo. Cuando una persona logra entrar en el flujo de un juego, se crean y se aceptan una serie de reglas que no existen en el mundo real, pero estamos dispuestos a respetar y hacer cumplir en ese mundo imaginario.
La literatura lo ha denominado como el círculo mágico (termino acuñado por el historiador Johan Huizinga en su obra maestra: HOMOLUDENS) en el cual una vez entramos en él nos abstraemos de la realidad e iniciamos un proceso de inmersión, con unas nuevas reglas.
Por ejemplo, la niña que tiene una caja de cartón como cohete, su mente crea un circulo mágico dentro del mundo real. En el momento que la niña entra al círculo mágico, ella piensa que esta volando (así no pueda), que la caja de cartón esta despegando (así no pueda) que su sofá es una nueva galaxia donde debe aterrizar (así no sea) y no hay poder humano que la convenza que el territorio inexpugnable que ella debe conquistar en la nueva galaxia es un simple cojín de colores que su madre compro en una ganga hace unos años.
Cuando una persona decide jugar, su mente crea automáticamente el círculo mágico. En ese instante pareciera que se “fingen” todo tipo de situaciones, ya sean estas posibles (imaginar ser otra persona, darle importancia al hecho de meter una pelota dentro de un hoyo, etc.) o imposibles (correr a la velocidad del sonido, invocar un hechizo de magia, etc.).
Ahora bien, ¿Cómo se forma el círculo mágico cuando hay más de un jugador? Pareciera (dentro de lo que he podido estudiar) que solo se establece cuando los jugadores aceptan tácitamente las reglas del circulo mágico, de modo que es necesario que estén de acuerdo en “fingir” juntos. Cuando dos niños juegan a Papás y Mamás, ambos “fingen” ser otras personas e interactúan mutuamente bajo ciertas. Por ejemplo, en caso de que acepten jugar imaginando situaciones creíbles, los dos deberán respetar esta regla. De lo contrario, si uno de los niños decide convertirse en unicornio, el acuerdo se rompe, la sincronización entre ambos se vuelve inestable y el círculo mágico desaparece.
¿Por qué pongo entre comillas la palabra “fingir”? Porque al inicio del juego y de manera consciente, la persona finge un rol (mamá o papá) pero a medida que va aumentando la inmersión en el juego, realmente deja de fingir y se convierte (se lo cree al 100%) en ese rol, perdiendo el sentido de lo que es real o de lo que no, incluso involucrando sentimientos dentro del juego que, visto desde el “mundo real” parece ilógico.
Míralo como juega: No quiere ni comer. Míralo en su video juego: como grita, como se enfurece, como se alegra cuando gana, como llora cuando pierde. La persona que esta observando a otro jugar, esta en el mundo “real” y jamás podrá comprender lo que esta pasando en el circulo mágico.
¿ Y podemos aprovechar este concepto en los procesos formativos? Por supuesto, en mi próxima entrega reflexionaremos al respecto.
Por ahora, podrías compartirnos ¿Qué juegos te hacen ingresar al circulo mágico?